Con la cantidad de negocios online que han surgido en los últimos años, si no trabajas la personalidad de tu marca, pasarás a ser uno más.
Ten en cuenta que la competencia es brutal, por eso es importante aprender a definir una marca.
En estos tiempos bizarros es más importante que nunca trabajar nuestra marca personal.
Es así.
Aunque no le hagamos caso, acaba teniendo vida propia. Y ya que estamos más vale hacer un esfuerzo por encauzarla.
Establecer la personalidad de marca no es abrir algunos perfiles en redes sociales y poner las mejores imágenes en la web.
Mira.
En el mini-curso de diseño web estratégico explico a mis alumnos por qué las personas que se empeñan en hacerse un reportaje de fotos (como si de su primera comunión se tratase) para publicarlo en su página web, tampoco verán resultados a largo plazo.
Debe ir mucho más allá.
Es lo que tu negocio transmite, lo que comunicas y lo que los demás perciben.
Tu marca personal es lo que te precede como profesional y debes aplicarla incluso en la estructura de tu web.
Hace unos años, los que trabajaban su marca personal partían con cierta ventaja en los negocios digitales. Ahora, son los que no la trabajan los que se quedan un paso por detrás.
Es, digamos, tu carta de presentación; dinámica, cambiante y que hay que mantener día a día. Por eso es clave.
Resumen de contenido
Vender en el mundo online
Dime, ¿la conoces?

Me apuesto un café qué sí.
Aunque no hayas visto ninguna de sus películas.
Sabes quién es y a qué se dedica.
Para que veas que no estamos inventando nada.
Es una marca personal soñada.
Una imagen, un gesto y tu cabeza crea una relación de manera automática.
Nosotros – de momento – no aspiramos a este punto. Pero algo podemos hacer para que nos reconozcan en nuestro sector, generar más visitas y ganar autoridad.
Y más en el entorno online.
Vender a través de una pantalla es más complicado, requiere técnicas de negociación y cierre de ventas.
Y es que no es lo mismo vender cara a cara que a través de una página web.
La cosa cambia.
Porque ya no vemos ni interactuamos con quien nos va a vender y por eso, como negocio, tenemos que darle un par de vueltas.
Ojo, que los objetivos no cambian.
Nada de eso.
Siguen siendo los mismos: vender, posicionarse, convertirse en referente en el sector, etc.
Lo que cambia, y mucho, es la forma de acercarnos a nuestro cliente. Y aquí entramos de lleno en cómo crear una marca personal.
Qué conforma la marca personal
Imagina un taburete con cuatro apoyos y un vaso rebosante de agua sobre él.

Esa será nuestra marca personal. Las cuatro patas que la sustentan son:
- Tu identidad visual
- Tu comunicación
- Tu producto o servicio
- La experiencia (percepción) de tus clientes o comunidad.
Si uno de estos cuatro apoyos se tambalea, el vaso se cae. Y marcas personales con el agua derramada hay muchas.
¿Por qué tienes que conseguir a toda costa la estabilidad de tu taburete?
Pues, en primer lugar, por la diferenciación.
El que tu negocio tenga una identidad propia, singular y diferente al resto, es la respuesta a la gran pregunta: ¿por qué te tienen que comprar a ti?
En segundo lugar, porque proyectas cercanía y generas empatía.
Cuanto más humanices tu marca, mejor experiencia tendrán los clientes y más lejos sentirán la sensación de pura transacción económica.
Tercero, porque te permite crecer.
Aquí hay poco más que decir.
Si llevas a cabo una buena estrategia, te diferencias, conectas y vendes más.
Personalidad de marca: cuál es tu arquetipo
Va, pongámonos manos a la obra.
¿Cómo definirías tu marca?
¿Si fuera una persona, qué carácter tendría?
Si todavía no te lo has planteado, es el momento. ¿Tiende a ser divertida, educada, atenta, transgresora, tierna…?
No me malinterpretes.
Esto no quiere decir que se pueda controlar al 100% lo que los demás piensan, ni que le vayas a gustar a todo el mundo.
Pero sí que podrás acercarte más a una imagen que cale en aquellos clientes que te interesen, lo que viene a ser tu público objetivo.
Por eso se vuelve tan importante definir el carácter de tu marca. Y para echarte una mano están los arquetipos del conocido psicólogo G.Jung.
Expuso 12 patrones básicos de personalidad a los que todos y todas podemos identificar y asociar los diferentes comportamientos.
Si lo aplicamos a las marcas, estas categorías estarán sujetas en la mente del cliente a una forma de ser, a una filosofía y a unos valores concretos.
Utiliza tu arquetipo para crear tu personalidad de marca
Pongámoslos en práctica con las cuatro patas del taburete:
- Tu identidad visual: no transmites lo mismo si tu color predominante es rosa chillón o si es azul marino. Si, por ejemplo, estás más cerca del arquetipo del Cuidador, un tono más oscuro y serio se acercará más al imaginario colectivo. Y si no estás convencido, piensa, ¿cuántos bancos y compañías de energía y de seguros usan el azul oscuro?
- Tu comunicación: imagina en un email de atención al cliente estas dos frases:
- “Atrévete a soñar a lo grande”
- “Estimado cliente”
Parece evidente que no son la misma marca. La primera iría más en consonancia con el Creador, el Mago o el Héroe, mientras que la segunda, podría ser el Cuidador o el Gobernante.
- Tu producto o servicio: ¿Cuál es tu misión como negocio? Dependiendo de lo que vendas, irás más enfocado a uno u otro arquetipo. Por poner casos más concretos, el sector del lujo se suele orientar hacía el Amante o el Gobernante, mientras que el sector tecnológico suele acercarse más a la figura del Sabio o del Creador.
Pero ya sabrás que nada es blanco o negro. Por ejemplo, una agencia de diseño web puede enfocar su marca a un perfil más Creador apostando por la innovación o por un perfil más transgresor, como el Forajido. Dependiendo de lo que transmita, captará a un tipo de cliente u otro.
- La experiencia (percepción) de tus clientes o comunidad: Una misma formación online. Dos propuestas diferentes.
En una, la estructura se basa en módulos de PDF donde te van explicando el proceso paso a paso.
La segunda formación se compone de vídeos que empiezan con la canción a toda pastilla de “I will Survive”, seguida de una coreografía por parte de todo el equipo, al más puro estilo flashmob.
El resultado (lo que has aprendido) puede ser muy similar, pero definitivamente, la experiencia no es la misma. Aquí te lo dejo a ti, ¿a qué tipo de arquetipo corresponde cada estilo de formación?
Si te das cuenta, todo esto se puede resumir en una palabra. COHERENCIA DE MARCA.
Bueno, son tres, pero ya me entiendes. En definitiva, trabajar sobre el arquetipo, que no es estático, ni cerrado, es una manera de mantener la coherencia de tu personalidad de marca y crear un entorno de confianza donde los clientes se sientan identificados.
Y aquí termino, pero ahora te toca a ti. Perfila bien tu personalidad de marca para que sea auténtica, diferente y singular. Y por favor, aléjate de los eslóganes manidos como:
“Nuestra experiencia te acompaña”, “Somos líderes del sector”, “Gana dinero desde casa”, “Enamora a tu cliente” o cualquier otro similar.
Humaniza y personaliza tu marca con ayuda de los arquetipos y mantén el vaso de agua a salvo con las cuatro patas del taburete bien estables. Que no se caiga.